TDAH Y Trastornos conductuales (negativista desafiante y disocial)
- psicedesp
- 9 abr 2016
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¿Qué es?
TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos comórbidos.
Es fundamental para el diagnóstico de TDAH evaluar que estos síntomas nucleares que hemos comentado (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:
1. desde una edad temprana: antes de los 12 años.
2. con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
3. que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.
4. no ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.

Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente que el TDAH se reconozca en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con dificultades en el rendimiento escolar y la presentación de disfunciones sociales.
Los síntomas nucleares del TDAH son independientes unos de otros. No todos los niños con el trastorno manifiestan los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Es decir que un niño con TDAH puede manifestar sólo uno de estos tres síntomas.

Cuando decimos que el TDAH se presenta frecuentemente con otros trastornos comórbidos, hablamos de que el TDAH en muchas ocasiones no se presenta sólo, sino que aparece junto a otros trastornos psiquiátricos. Esto es así en el 70% de los

casos de TDAH.
De hecho, una persona con TDAH tiene de 6 a 7 veces más probabilidades de tener otro trastorno psiquiátrico o trastorno del aprendizaje.
Entre las comorbilidades más frecuentes destacan: trastorno negativista desafiante, trastorno de conducta, trastorno de ansiedad, trastorno del ánimo, tics, trastorno del aprendizaje… y pueden tener un impacto adicional en la calidad de vida.
Cuando el TDAH se asocia a otros trastornos, con frecuencia se complica el diagnóstico, empeora la evolución y la respuesta al tratamiento es menor.
Trastorno negativista desafiante
Las conductas desafiantes y negativistas son bastante comunes durante la época preescolar. Por este motivo, para hacer un diagnóstico de trastorno es necesario que dicho comportamiento se dé con una frecuencia muy superior a la normal a estas edades. Es normal que estos comportamientos desafiantes, la terquedad y las rabietas típicas de los niños más pequeños se atenúen durante la mitad de la infancia. Cuando esto no sucede y dichos comportamientos continúan o incluso se agravan, entonces puede considerarse la posibilidad de un trastorno negativista desafiante.
La edad media de aparición de este trastorno es a los seis años de edad. En la mayoría de los casos, este trastorno acaba despareciendo con la edad y suele deberse a una intensificación de comportamientos que forman parte del desarrollo normal de los niños, asociado a factores desencadenantes como un temperamento fuerte o discordia familiar. Sin embargo, aproximadamente un cuarto de estos niños progresa hacia un trastorno disocial.
Consiste en un patrón de conducta negativista, hostil y desafiante que dura al menos seis meses, durante los cuales se dan cuatro o más de las siguientes conductas:
A menudo se encoleriza e incurre en pataletas.
A menudo discute con adultos.
A menudo desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus obligaciones.
A menudo molesta deliberadamente a otras personas.
A menudo acusa a otros de sus errores o mal comportamiento.
A menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros.
A menudo es colérico y resentido.
A menudo es rencoroso o vengativo.
Trastorno disocial
El trastorno disocial, en cambio, describe conductas que no forman parte del desarrollo normal de los niños. Por tanto, si un niño muestra este tipo de conductas debe ser siempre motivo de preocupación. Sin embargo, al principio y mitad de la adolescencia sí son más comunes este tipo de conductas en grupos normales, tendiendo a desaparecer con el tiempo.
La edad media de aparición de este trastorno es a los nueve años de edad. Estos niños suelen comenzar teniendo un

trastorno negativista desafiante que progresa hacia un trastorno disocial que aparece al final de la infancia o inicio de la adolescencia.
Sólo una minoría de niños con este trastorno progresa hacia un trastorno de personalidad antisocial en la edad adulta que dura toda la vida. No obstante, muchos de los niños con trastorno disocial muestran en la edad adulta importantes problemas sociales y personales.
Consiste en un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los derechos básicos de otras personas o normas sociales importantes propias de la edad, manifestándose por la presencia de tres (o más) de los siguientes criterios durante los últimos 12 meses y por lo menos de un criterio durante los últimos 6 meses:
Agresión a personas y animales
1. a menudo fanfarronea, amenaza o intimida a otros 2. a menudo inicia peleas físicas 3. ha utilizado un arma que puede causar daño físico grave a otras personas (p. ej., bate, ladrillo, botella rota, navaja, pistola) 4. ha manifestado crueldad física con personas 5. ha manifestado crueldad física con animales 6. ha robado enfrentándose a la víctima (p. ej., ataque con violencia, arrebatar bolsos, extorsión, robo a mano armada) 7. ha forzado a alguien a una actividad sexual Destrucción de la propiedad 8. ha provocado deliberadamente incendios con la intención de causar daños graves 9. ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas (distinto de provocar incendios)
Fraudulencia o robo
10. ha violentado el hogar, la casa o el automóvil de otra persona 11. a menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar obligaciones (esto es, "tima" a otros) 12. ha robado objetos de cierto valor sin enfrentamiento con la víctima (p. ej., robos en tiendas, pero sin allanamientos o destrozos; falsificaciones)
Violaciones graves de normas
13. a menudo permanece fuera de casa de noche a pesar de las prohibiciones paternas, iniciando este comportamiento antes de los 13 años de edad 14. se ha escapado de casa durante la noche por lo menos dos veces, viviendo en la casa de sus padres o en un hogar sustitutivo (o sólo una vez sin regresar durante un largo período de tiempo) 15. suele hacer novillos en la escuela, iniciando esta práctica antes de los 13 años de edad.
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